Creo que madurar (por no decir envejecer) consiste en ir acumulando melancolía por las perdidas. Decía Víctor Hugo que “la melancolía es la felicidad de estar triste”. Es el síntoma de que algo deseable se ha perdido, unas risas con los amigos, que tal vez ya no están cerca, cualquier momento feliz.
Es el sentimiento de perdida de esos momentos que hemos dejado atrás y que no podremos recuperar. A veces queda el consuelo de revivir algo similar o parecido, de volver a ese lugar anhelado, pero nunca ya será a esa vivencia especial y concreta. Es un sentimiento que nos recuerda que nos falta algo, algo de nosotros mismos que queda atrás. No es posible la melancolía sin memoria.
Mis capas de melancolía se van acumulando, la perdida de amigos, de lugares de juegos donde todo era feliz y despreocupado, la ausencia de una madre, los amores perdidos, los cambios de trabajo, la infancia de los hijos.... Cada vez este sentimiento es más acusado y por cosas más pequeñas. Una charla con amigos, una paella rica, sentir el aire fresco en la cara una mañana soleada, volver de un viaje..... ya siento con melancolía la perdida de casi todo, tal vez por que creo que esos momentos se agotan.
En el libro Las mil y una noches en "La historia del Rey Schariar" se citan las palabras de un poeta, "Oh, tu que te apenas, consuélate...Nada es duradero, toda alegría se desvanece y todo pesar se olvida". Yo añadiría que va quedando, en un caso y en otro un poso de melancolía.
Mañana tal vez pensaré otra cosa, pero ahora mismo creo que no existe la vida sin melancolía y que cuando nos hemos llenado de ella, como si fuéramos un deposito, todo se termina.