Desde siempre he sido muy racional y he intentado materializar la verdad y la realidad, solo es verdad para mi lo que puedo tocar y lo que comprendo. Un poco por ese motivo que creo que siempre me han atraído las piedras, todas, desde el grano de arena más simple a la montaña más rocosa. Las piedras han representado el contacto con la realidad real, con el frío, con la aspereza, con la suavidad, dejándome llevar con sensaciones puras y atávicas, primitivas.
Desgraciadamente solo algunas, las que me caben en el bolsillo puedo llevarlas a casa. Con las otras intento pegarlas a mi retina y fotografiarlas. Aquellas, las que me llevo, las mimo y las cuido, veo y siento en ellas el paso del tiempo y la erosión del agua, en sus formas, en su textura, en su color.
Algunas solo las contemplo, a otras intento darlas vida, generalmente con una finalidad estética y contemplativa, otras en cuadros, las veces en forma divertida o grotesca. Es una forma de homenaje, casi religioso, y de incorporar la naturaleza a mi necesidad de creación.
Esta producción, que ya no tengo sitio para ir guardando y almacenando, ha cogido vida propia y necesita que otras personas aporten su realidad, su interpretación, sus sentimientos. Por eso he abierto una tienda en Internet, por eso crear esta tienda. Por eso, y para seguir avanzando, hay que libarse de algunas compañeras de viaje y que acompañen a otras vidas mortales y efíemeras como la mia. Así yo sigo, algo más ligero, por la corriente, entre rocas, dando forma a la realidad.
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