viernes, 29 de noviembre de 2019

Sirena

Libre como el océano te encuentro
con la marea alta en una orilla solitaria,
en tu pelo juega al escondite el sol.

En tus ojos castaños brilla un acuario
mágico de suaves olas y peces de colores,
tus manos juegan con los reflejos del agua.

A veces, de día, vistes tu cola preciosa
con deslumbrantes escamas de pequeñas estrellas,
te diviertes creando con ella todas las mareas.

El placer me embriaga con la visión de tus manos
creando reflejos y salpicaduras en el agua,
y en la distancia, furtivo, admiro tu sonrisa.

Si te tengo cerca vibro con el mar, si te toco,
el universo entero estalla en silencio entre las olas,
rosas y delfines desean nuestro encuentro.

En una orilla solitaria descansando en la arena
poco a poco te vas abriendo como una flor en primavera,
mientras me miras con tus ojos tristes.

Me llamas y me acuesto temblando a tu lado,
brotan centelleantes todos los deseos,
mueves tu cola y tu sexo se muestra limpio entre las escamas.

Beso tus brazos, tu espalda, tu pelo, tu cuello,
tus manos, tus pechos, tu vientre....
al fin, me disuelvo en tus entrañas liquidas.

Mi cuerpo licuado son ondas de colores que vibran
con las olas que te alejan, intento cogerte,
pero solo toco aire. Tus ojos se disuelven en la bruma.

Acuarela

La acuarela es el torrente líquido que pigmenta la pureza del papel. Da color y forma donde antes no había nada. Es la energía vital que partiendo de una necesidad emocional escribe con la caligrafía particular de cada uno.

Luego, siempre esta el agua jugando con los pigmentos de acuarela. Siempre el agua…. Igual que el agua es la materia prima de la vida, la acuarela es el instinto creador del agua.

La clave de la pintura a la acuarela es dejar que el agua haga su trabajo, que manifieste su espíritu jugando con los colores sobre el papel. El gran problema de las personas que se inician en la acuarela suele consistir en que quieren dictar al agua que debe hacer exactamente y como y donde depositar el pigmento y el agua no se deja. Hay que abrir caminos para que se exprese, dejando espacios vírgenes donde asome la pureza del papel, el resto, el resto lo hace el agua.



Brotes tiernos

Los recuerdos de lo que he vivido contigo brotan como primaveras, de color verde turquesa, con tacto de terciopelo, con el aroma a tu piel suave y sabor de besos húmedos.

Son brotes tiernos comestibles. Me alimento de ellos, cada recuerdo que brota lo miro desde todos los ángulos, lo aprecio y lo disfruto, luego me lo como. No lo mastico, le doy vueltas y vueltas por toda la boca y me recuerda la sensación de tu lengua. Cuando lo he saboreado bien, lo trago.

Dentro de mi, se nutre de mi carne, donde echa raíces y se desarrolla.

Nadie lo ve, pero por cada poro de mi piel salen troncos, ramas y hojas. Soy el bosque donde han ido brotando y creciendo tus recuerdos.




Separación

La separación de una persona que amas deja un hueco muy profundo. A veces el agujero de entrada no se aprecia a simple vista, pero es tan potente su fuerza gravitacional que arrastra todo dentro, como un agujero negro, palabras, imágenes, risas, llantos... todo gira y se mezcla con el dolor infinito que crece dentro.

Todo es dolor. Dolor y recuerdos. Al final, vacío.

Parque del Retiro

Recuerdo aquel día, volviendo de una comida, en el que cruzamos el parque del Retiro, dejando atrás las luces de navidad de la ciudad, buscando caminos algo apartados cogidos de la mano (esos dedos tuyos tan delicados y bonitos). Antes de dejar el parque y salir a la calle ocultos por la sombra de un árbol bese tu boca dulce. A la salida, con el corazón desbocado por la fiebre, cada uno seguimos nuestro camino.

No se porque recuerdo eso ahora, pero recuerdo especialmente la niebla que caía sobre el parque, desdibujando las formas. Ayudaba a la niebla el brillo difuminado de las escasas farolas y la oscuridad de la noche.