domingo, 11 de julio de 2021

Tocarte

Siempre he tenido una sensibilidad especial en las manos, sentir el tacto de cualquier cosa, madera, roca, metal, piel, papel ... deslizar las yemas de los dedos sintiendo el contacto, la temperatura, la suavidad o la rugosidad de cualquier superficie. Siento hasta el color de las cosas. No el real, el que interpreta mi tacto
 
Pero hay una sensación epidérmica que sobresale de todas las demás. La sensación de tocar tu piel es una experiencia mágica. 

Al acercarse a tu piel, yo ya no controlo las manos, cobran vida autónoma. Saben donde acariciar, con la presión justa, con la cadencia adecuada para no dejar un centímetro de tu cuerpo sin explorar. Su ritmo se va adecuando a la respuesta de tu piel a su contacto.

La sensibilidad de mis manos, la suavidad de tu piel y la química entre nosotros crean un universo paralelo donde sólo existe el amor y el deseo.

martes, 6 de julio de 2021

Postres dulces

Tus labios dulces de bizcocho me saben a poco,
y continuo hambriento con tus bonitas orejas de fresa
antes de saborear tus brazos de crema como un loco
con mi lengua, hojaldre vivo relleno de frambuesa.

Me hundo poseído en la nata montada de tus pechos
y busco, a ciegas, los bellos profiteroles que los adornan,
el hambre de ti atrasado, guía mis labios insatisfechos,
sus delicado punto perfecto de textura y sabor me trastornan.

Viajo despacio a tu vientre, mar de esponjosas y suaves natillas,
saboreo cada poro y busco con la lengua tu delicada cicatriz,
la risa te hace retorcerte, encantadora, de placer y cosquillas
y ya sin más demora voy en busca de tu deliciosa bisectriz.

Devoro el chocolate blanco de tu pubis, portal de dulces cavernas,
que se abren para dejar pasar mi boca en aroma de buganvilla.
Hundo mi nariz, sin remedio, en la crema suave entre tus piernas,
me vence la gula y la fruta prohibida se abre entre risas y mantequilla.

Volcán

Está naciendo el invierno en mis ojos de lluvia gris,
nacen ortigas en mis labios huérfanos de los tuyos.

Te has despedido de mí, herida y triste, de repente,
cómo se levanta el viento frio en la playa al caer el sol.

Me intento abrigar, pero tus recuerdos son cuchillos
que me vacían por dentro y la marea alta me atraviesa.

No soy nada, nada más que un hueco triste y yermo, 
apagado, como el volcán que veo desde mi ventana.

miércoles, 30 de junio de 2021

Lo que conozco de tí

Un día, con lo nuestro agonizante me dices que no he conocido nada de ti...

Supongo que lo dices por enfado o rencor y sin pensarlo me asaltan mil cosas que conozco de ti, te las diría al oído, si quisieras escucharlas. El amor incondicional por la gente que quieres (tus familia, tus amigas....), con una pasión que emociona, y un dolor cuando les ocurre algo que sobrecoge.

También conozco más cosas, alguna que poca gente más conoce, la profundidad de tus ojos marrones cuando miras de cerca, nariz con nariz. En esos momentos toda mi alma se hundía en tu mirada profunda y bellísima. He hablado de tu a tu con el delfín que escondes a la vista de todos y he sentido de cerca el pulso de tu cicatriz, la firma que te hace única. La perfección tiene heridas que la engrandecen.

Conozco bien el peso de tu cuerpo, lo he medido sobre distintas superficies, duras y blandas, cálidas y frías y he sentido como cada uno de tus gramos vibraba con el universo y lo empequeñecía con tu risa de placer.

Conozco tu apetito y como una vez fuiste feliz con un puñado de cacahuetes. Se como aplastas el aguacate en el desayuno y como mimas a tus kiwis. Y también conozco tu olor, natural y fresco, embriagador y tú sabor, de cada rincón de tu cuerpo, especialmente del más delicioso y oculto. No puedo olvidar el tacto de tu piel suave y la dulzura de tus pechos breves y tus pezones orgullosos. Tengo que confesarte que tengo guardado solo para mi un mapa preciso de tu cuello dibujado por mis labios, como la isla de un preciado tesoro. La x está marcada sobre los deliciosos lóbulos de tus orejas adornados por pequeños pendientes.

Conozco tu forma de bailar y de moverte, aunque tienes que reconocer que has tenido en mi un buen maestro. He puesto nombre a cada pelo de tu flequillo, aunque con el pelo recogido sobre la cabeza estas arrebatadora, el flequillo te da un interesante aire de emperatriz egipcia. Tanto te conozco que puedo recordarte un millón de veces con los ojos cerrados. mis manos y mis labios han sido los exploradores más valientes de tu geografía. Se han quedado huérfanos y no quieren tocar y besar otra piel que no sea la tuya. Conozco tu forma de dar amor y de buscarlo, incansable.

Conozco tantas cosas más que podría escribir una enciclopedia (en la que no olvidaría mencionar tus pies juguetones y tus uñas pintadas de vivos colores). Pero tienes razón, en una cosa no te conozco, en esa forma de olvidarte de mi, vestida de indiferencia y silencio que me duele tanto.

sábado, 19 de junio de 2021

Sueño en la plaza

Subo las escaleras del arco de cuchilleros. Al entrar en la plaza siento un roce leve en mi mano, miro y me encuentro con la suya que empieza a jugar con mis dedos. Una mano suave y pequeña. Dulce. Me hundo en sus ojos marrones y me arrastra hasta una buhardilla. Desnuda es como una flor hermosa en primavera... Cálida y apasionada me lleva al éxtasis. Cierro los ojos y tiemblo de placer. De repente me sobresaltan las voces de un grupo de extranjeros, abro los ojos y descubro sorprendido que estoy solo con un bocadillo de calamares en la mano en el centro de la plaza Mayor. 

Felipe III me sonríe desde su atalaya.

viernes, 18 de junio de 2021

Naufragios

Me quedan de ti recuerdos de los mares que navegamos juntos. Recuerdos de naufragios en mares de sabanas y almohadas, arrastrados de un lado a otro por corrientes y olas llenas de pasión 

Después del naufragio, exhaustos y más vivos que nunca, cada uno tomábamos tierra en una isla distinta, donde separados esperábamos con deseo el próximo barco, y la siguiente tempestad de cuerpos desatados.


Pisando ramas secas

Por las calles de Madrid tengo la costumbre de pisar las pequeñas ramas secas que en suelo esperan pacientes ser arrastradas por el viento o recogidas por el personal de limpieza.

Me seduce mucho ese sonido, un pequeño crujido seco. Intento siempre pisar de forma que se parta a la vez por varios sitios, como varios crujidos encadenados que me dan mucho placer. Aunque a veces un crujido solo tiene el encanto del inicio de la primera vez. Lo mejor es combinar los tipos de pisada y los tipos de ramitas.

Esta técnica creo que no la pone en práctica mucha gente en Madrid, yo al menos no he visto a nadie nunca hacerlo. A veces yendo al trabajo me entretengo tanto que tengo que pensar en otra cosa para no llegar tarde y a veces también dejo de hacerlo, para que la gente que me mira extrañada no descubra que estoy loco.

¿Recuerdas amor que alguna vez lo hicimos juntos?, te enseñe y durante algunos ratos nos disputamos a ver quien llegaba antes a las ramitas para pisarlas, tengo mucha más experiencia que tu en esto, pero tu risa y tu brillo desarmaba mi técnica.

Si alguna vez descubro a alguien pisando ramitas sabré que ha leído esto y cruzaré con el una mirada de complicidad.